El sol, ¿amigo verdadero o falso?

Sin embargo, aprendamos a controlar los ardores de nuestra estrella favorita para no sufrir sus inconvenientes. Entre los más conocidos se encuentra la famosa quemadura solar. Estas quemaduras, que ocurren después de una exposición a los rayos UVB, no deben tomarse a la ligera, ya que en algunos casos pueden ser bastante graves. Estéticamente, el sol también es en gran parte responsable del envejecimiento prematuro de la piel, también conocido como “fotoenvejecimiento”. Abusar del sol significa acelerar la aparición de arrugas y manchas pigmentarias, así como contribuir a la flacidez de la piel. Por último, se ha demostrado claramente que hay una relación directa entre la exposición al sol y los cánceres de piel. Cuanta más exposición haya tenido una persona durante su vida, más riesgo corre de desarrollar este tipo de cáncer. Por lo tanto, el sol es un amigo, sí, pero al que hay que temer. La clave está en adoptar buenos hábitos para conservar sus beneficios mientras nos protegemos de sus efectos perjudiciales. Por ejemplo, aplicamos protector solar antes de cada salida (¡incluso en la ciudad y aunque esté nublado!) y evitamos exponernos directamente durante las horas más soleadas (entre el mediodía y las 4 p.m.).